El sueño de mi vida

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El sueño de mi vida era vivir en otro país. Ahí está, ya arrancamos con las expectativas más altas posibles el-sueño-de-mi-VIDA. O sea, que llegás ahí y qué?

Los que me conocen sabrán que soy super entusiasta por cumplir sueños, y que tengo infinitos, cuando viajé con un grupo de seguidoras dije “sueño cumplido”, cuando me encontré trabajando freelancer en la montaña, “sueño cumplido”, cuando logré hacer Laguna de los Tres, “sueño cumplido”. Soy un espectáculo de ganas por tachar pendientes y de hacer saber que los sueños están para cumplirlos.

Pero, cuando es el-sueño-de-tu-vida se abren tantas contradicciones que no te dejan disfrutar, que te nublan la vista. Y eso me pasó, no podía ver.

Primero, desarmar el concepto de que vivir en otro país es vivir de viaje, porque yo ya vivía de viaje en Pilar o en Belgrano, BsAs. Ya tenía hace añares activada la vista turista donde sea. Yo ahora estoy viviendo un año “de viaje” pero si desgranamos el concepto, tengo un trabajo en relación de dependencia, con quince días al año libres para volar y horarios estructurados que cumplir. 

¿Solo quince (15!) días al año, adonde volví? me aterro. 

Es más duro el concepto de pedir días libres a un jefe cuando venías de meses de desarmar todo lo conocido para ser #tupropiajefa. Ocho meses de completa y total libertad de mis trabajos, presupuestos y destinos para volver a una estructura que ya sabemos que no es para mí.

Después, entender que quizás el sueño-de-mi-vida no era vivir en otro país, si no, vivir de viaje. O que pudo haber, o mejor, que puede ser OTRO país el destino para sentir ese deseo, y mientras tanto el sueño se transforma en quiero vivir de viaje para después descubrir dónde quiero “vivir”. Y por vivir, que vivimos todos los días, y con la intensidad que caracteriza, me refiero a donde establecer una rutina, decorar una habitación, invertir algún ahorro, establecer cimientos. 

Pero, ¿Y si no quiero una rutina?

Ayy, es tan extenso y lleno de contradicciones y burocracias qué no sé cómo hacerme entender. Pero sin que suene a experiencia negativa, esta es la mejor decisión de mi vida, el mejor desarrollo de conocimiento hacia mí, y lo que quiero. Crecí aceleradamente como no creí que se podía. Me desarmé en prejuicios y cada día reconozco las cosas con más facilidad.

En principio creí que la solución era el trabajo por temporadas en diferentes destinos para poder viajar, después, con personalidades comprometidas y con problemas de culpa como la mía, te das cuenta que esos trabajos no son tan fáciles de dejar, que no queres estar aprendiendo cosas nuevas todo el tiempo, que son incómodos, cansadores, desgastantes y que hasta veces te quitan las ganas de turistear (si, eso me puede pasar, wow!). 

Y no menos importante, la complicación de contar con papeles en regla para poder cambiar constantemente de empleador.

Es el precio de la libertad, me decían. Y yo creo que hay más libertad más allá de eso, más allá de todo, solo que la estoy descubriendo. 

Después, cambias de trabajo “no cualificado” y te encanta, crees que todo se ordena y que la rutina es realmente disfrutable. Me pusieron fecha de fin de contrato y durante los primeros minutos me enculé y de nuevo una confusión de por qué “nada salía como yo quería”, al toque me alegré y me prometí disfrutar estos 6 meses de la experiencia de Working Holiday que recién arrancan, que vienen a darme un poco la estabilidad que necesitaba para descifrar qué es lo que quiero para cuando esta visa termine. 

Porque es el-sueño-de-tu-vida hasta que tenes la chance de armar una rutina de 12 meses en una gran ciudad, con toda la información a tu alcance y no solo te negás, si no que no te encontrás en ella. Es el-sueño-de-tu-vida hasta que te ofrecen 4 maneras distintas de quedarte en el país “para siempre” y vos lo primero que decís es “no, gracias, es un montón tomar esa decisión”. Finalmente tu alma viajera encuentra respuestas y vos regozás en esa paz que llega cuando habla tu corazón.

Creo que algunas razones por las que todo empezó saliendo al revés de lo que alguna vez soñé es porque:

  • 12 meses es un montón, te despedís porque no hay pasaje de vuelta pero a la vez tenés el tiempo contado para tomar decisiones importantes. 
  • Supuse que iba a seguir viviendo de mi creatividad a modo freelance (en pesos argentinos jaja).
  • No es ni de cerca el país ni la ciudad en la que alguna vez me imaginé.
  • Todo lo que yo leí de migración durante 4 años era eso, migración pura y derecha, “Dejó todo y se fue a rearmar su vida a España”; “Vendió todo y se abrió una empanadería en Italia”; “Cómo vivir 2 años en EEUU siendo niñera” (y yo ya pensando cómo extender eso en PARA SIEMPRE). 
  • Hoy lo que busco leer y encontrar es “Familia viajera recorre Argentina en un colectivo escolar”; “Nómades digitales son recibidos en la Ciudad de Buenos Aires”; “Vida sobre ruedas de Ushuaia a Alaska”; “Vivir en Australia para ahorrar y viajar 1 año por el Sudeste Asiático”.

Pero en resumen, el problema de toda mi vida: las expectativas. Me parece mucho lo que se gana viendo con mis ojos de romantizar todo, de creer en el ministerio de la felicidad o de entusiasmo diario, pero a veces, suceden estas cosas, que sentís que te das la cabeza contra la pared y te culpas por no haberte dado cuenta antes, de que estabas #romantizando todo (nunca había usado tanto este verbo jaja).

Escribir esto me libera tantísimo! Me voy dando cuenta la raíz del dramón que me comí cuando arribé la #emigración y que las respuestas que van apareciendo encausan una variedad de soluciones hermosas.

Estoy disfrutando mucho del proceso de no saber cómo será o se desarrollará el-sueño-de-mi-vida, abrazando la incertidumbre, riéndome de mis pensamientos nocivos, gozando de mis privilegios y oportunidades. Entendiendo que todo trabajo es digno, valorable y especial, pero que siento que tengo muchas más herramientas y capacidades para hacer cosas distintas, que generen impacto y me permitan volar con más libertad, con esa libertad que sé que tengo, y que sé que busco, porque no estoy lista para “establecerme”.

Y aparte, ¿Qué es establecerse? (no terminaba más el posteo).

En fin, mi mayor deseo es nunca perder la capacidad de hacerme todos estos planteos, porque significan que voy en búsqueda de la vida que quiero para mi! aunque a veces de afuera suene demasiado.

Si, quiero demasiado y me encanta creer que lo puedo lograr.

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