Sobre mí y la toma de decisiones

Compartir

Me llamo Serena, tengo 23 años y estudio abogacía en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Empecé en 2015 el CBC y ahora estoy en quinto año.

Me anoté en esta carrera porque de adolescente soñaba con ser presidente -no lo decía en joda-  las razones eran a causa del tinte social con el que me crie en el colegio y en el grupo misionero; siempre supe que quería trabajar con gente y/o en atención al público, y que tenía que usar mis virtudes de la charla y de la escucha para hacer de eso, una forma de vida. Otras opciones eran trabajo social y ciencias políticas, que no prosperaron mucho tiempo esas ideas porque pedí consejos a personas en quienes confío académicamente y todos los caminos conducían a que tenía que ser abogada y “después ver”. 

Durante los primeros años de carrera nunca me cuestioné la elección, me gustaba el camino que iba llevando. El tema fue cuando en tercer año hice mi primer viaje “largo” y descubrí un poco de la vida que llevaban siete países en otro continente, me descubrí viajera, adulta, ansiosa, más inquieta que nunca y con un miedo terrible de quedarme para siempre en Buenos Aires, digo que fue un tema porque se convirtió en un problema, fueron meses de angustia, de creer que estaba en una carrera que no me permitía viajar y que me anclaba a una Argentina que aunque ame, es difícil para proyectar una vida “estable” y como buena niña Excel que siempre fui son cosas a tener en cuenta a la hora de independizarse. Hablé del tema con cuanta persona me crucé, personal o virtualmente, escuché muchos consejos, los trabajé en terapia y lo decidí: tenía que terminar la carrera antes de tomar alguna decisión, asique estoy en eso, seguí a full, mejoré notas y tiempos en cuanto pude y fui encontrando más cosas que me fueron gustando, y ese el tema de que te gusten varias cosas: ninguna decisión es fácil de tomar. Y no es un consejo que me animaría a dar a gente insegura con su elección, yo elegí seguir porque me gusta y quiero finalizar la vida académica y seguir investigando en lo relacionado al derecho, de ser que no me gustaba nada y quería volar en seguida a otra carrera o a otro país, estoy segura de que hubiera tenido el apoyo o mis ahorros para decidirlo. 

En el camino de las elecciones se me pregunta: ¿Qué es lo que enciende tu alma? ¿Qué es lo que te apasiona? ¿Qué te emociona? ¿Qué hace que tu cabeza no pare de imaginar? bueno, camino de las elecciones te tengo que responder: CASI TODO! Ojo, sé que en parte es super positivo y ser multididacta es una gran virtud, pero cuando se mezcla mi necesidad de controlarlo todo es muy difícil saber para dónde apostar. 

Algunos ejercicios que pueden servirnos para cuando estamos en situaciones similares:

  1. Cuando no sepas que es “pasión” podes guiarte por el mantra “si nadie te pagara, si fueras famoso, si no lo necesitás, ¿que harías todos los días?”
  2. Alinea tus expectativas, ¿qué estoy esperando? ¿a dónde creo que me puede llevar esta decisión?
  3. Manifiesta tu intención: no es lo mismo decir que lo haces, a qué hacerlo. “Done is better than perfect”.
  4. Busca divertirte en lo que sea que elijas. Ponete en primer plano.
  5. Investiga: manda mensajes a gente que haya pasado por esta situación, a gente que sabes que estudia o estudió algo parecido, buscá en redes proyectos relacionados que te inspiren, pregúntate ¿qué puedo aprender del trabajo de los demás?
  6. Escribí a modo de una novela corta como sería tu vida perfecta de acá a diez años, pero sin escatimar: todo lo que alguna vez soñaste para tu cotidianidad, tu rutina, tu casa. Anotá cuales son los obstáculos que se interponen en el camino de ese tipo de plan, es una forma más fácil para tener en cuenta que cambiar, que dejar de hacer o qué NO hacer o en que ser precavido.
  7. Cuestionate: que es lo peor que puede pasar, pero más que nada preguntate ¿que es lo MEJOR que puede pasar? lo más posible es que las cosas positivas se manifiestan antes que las negativas, por el poder de simplemente creerlas.  
  8. Hacer listas. Soy una inexplicable fan de las listas, asique muchas veces voy a escribir sobre esta herramienta que me parece tan útil, lo único que vas a necesitar es tener siempre hojas en blanco y algo con lo que escribir.
  • Dividís la hoja a la mitad, del lado izquierdo pones las cosas que sabes hacer bien o que crees que sabes y del lado derecho las cosas que te interesan, una vez que escribís aproximadamente diez cosas de cada lado, intentas unir con flechas para que de alguna manera, se materialice algo que sabes hacer con algo que te interesa, dos puntos: nuevo proyecto/deseo/camino hacia una elección que te de las herramientas para llevar a cabo tus intereses en forma de trabajo.

Todo esto no tiene que venir de afuera, tiene que venir de adentro, la salida real es hacia adentro. Que no parezca tampoco que tengo todo solucionado PUES NO, al contrario, me digné a lanzar el blog como sea que quede a pesar de mis inseguridades porque estoy haciendo mucha introspección en esta cuarentena y variedad de cursos para despertar mi creatividad, iré avanzando al igual que quien me lea.

Tratemos de no compararnos nunca, pero si lo hacemos que eso no nos desaliente. No sabemos qué camino ni que esfuerzo hizo el otro para estar donde está y más que nada entender que nunca lo vamos a saber, porque no hay una verdad absoluta, cada uno recepta las cosas como puede y quiere. Y recuerden: no todo es como lo vemos en internet.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Continuar leyendo

Latinoamérica

El caribe en Chile

Era enero de 2017 y estaba de moda viajar a Chile para hacer compras. Por el tipo de cambio argentino, su moneda y sus shoppings

Pensando

Yo solo quiero escribir

Tenía 13 años la primera vez que me crucé con un blog, desde el primer texto supe que yo quería hacer lo mismo. Durante toda