Al escribir esta nota me encuentro en el momento más valiente de mi vida y obvio que no creo que sea una casualidad. El 2020 me invitó a ir hacia dentro, aproveché cada curso, taller, charla que me daba espacio para cuestionar. Todos me hicieron evaluar qué estaba pasando por mi cabeza y adonde quería redireccionar mi corazón. Terminé mi carrera de abogacía y pude cumplir con un viejo sueño mío: ser abogada a los 23 años. Pero mientras me recibía, trabajaba para dos agencias de comunicación de manera freelance, asegurándome que ese iba a ser mi futuro, que yo iba a vivir de mi creatividad.
Primero me propusieron un puesto en el Poder Judicial de la Nación. Luego me llamaron de un estudio jurídico. Decidí que era un mensaje “del más allá”, que me indicaba que por algo había estudiado esos 6 años y que debía darle una chance más al ejercicio de mi profesión. Estaba en una encrucijada, pensé que decidir el camino correcto era lo más difícil que me había pasado… hasta que en junio 2021 me encontré renunciando a ese trabajo de oficina estructurado, de 9 a 18 en Microcentro, con términos formales y zapatos incómodos, para vivir la vida que la artista disparadora de este posteo, Brené Brown, nos invita a vivir: la de la del coraje en lugar de la comodidad.
Nadie se arrepiente de ser valiente
Brené Brown ha pasado las últimas dos décadas estudiando el coraje, la vulnerabilidad, la vergüenza y la empatía, es autora de cinco bestsellers número uno del New York Times y presenta los podcasts originales de Spotify Unlocking Us y Dare to Lead. ¡Los libros de Brené se han traducido a más de 30 idiomas! Su charla TED, The Power of Vulnerability (El Poder de la Vulnerabilidad), es una de las cinco charlas TED más vistas del mundo con más de 50 millones de vistas.
Desde que miré su documental en Netflix (es también la primera investigadora en tener una conferencia en dicha plataforma, el especial Call to Courage o La llamada al coraje, que se estrenó en abril 2019), todos los días me pregunto si estoy siendo valiente con mis decisiones, si me estoy quedando en zonas cómodas o si estoy dispuesta a ser una aventurera. Aprendí que querer estar todo el día desafiándome se convierte también en una zona de confort y que lo que tengo que realmente aprender es a equilibrar el valor en mis decisiones.
Este momento me encuentra planeando mi primer viaje con un sueldo freelance y eso implica un montón de nuevos miedos, que se controlan recordando lo que explica Brené: que ser valiente es actuar cuando no podes controlar el resultado. Para personas super controladoras y ordenadas, es muy difícil confiar solamente en el Universo y no ir a los números seguros, pero si algo aprendí con ella, es que…
Lo valiente que sos se mide según lo vulnerable que estés dispuesto a ser.
Entonces, me abrí a la mayor vulnerabilidad escribiendo mensajes para realizar intercambios de publicidad por algunas actividades turísticas, hospedajes y hasta el alquiler de un auto, se me acelera el corazón cada vez que me llega un correo y me lleno de vergüenza pensando las opiniones de los dueños de espacios cuando les llega el mensaje de una influencer. Pero mi deseo de saber que soy buena comunicadora y que mis recomendaciones llegan, ganó y eso sigue dando el empujón para continuar mandando mensajes sin pensar en un no como respuesta.
El llamado a la creatividad
Brené nos dice que sin vulnerabilidad no hay creatividad. ¿Quién no ha actuado en forma excepcional en momentos de incertidumbre? ¿Quién no ha pensado mejores soluciones para sus proyectos ante una catarata de respuestas negativas? Saber arriesgarnos implica aprender a buscar el aprendizaje cuando esa cosa no salió como queríamos, aprovechar las nuevas ideas que aparecen cuando una puerta se cierra y no hay ninguna ventana, inventar nuevas soluciones que no vemos al alcance y pueden servir no solo para nosotros, sino para otros. Ser vulnerables nos invita hasta poder ser útiles en el mundo, porque el mundo necesita de gente que se arriesgue y también de personas con tolerancia al fracaso.
Un último secreto que me sirvió de Brené: nadie está exento de ser vulnerable, ¡no estás solx amigx! Pero si no nos arriesgamos, si no atravesamos nuestro miedo, difícilmente salgan cosas increíbles. ¿Te animás de dejarme en comentarios un miedo que te está deteniendo? ¡Quizás alguien más se siente identificadx y juntxs pueden animarse a ir por más!